❖ CHONE▮ En el sitio Menos Pensado las mujeres apicultoras  transforman su comunidad

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Texto cortesía

Alrededor de 60 familias viven en ‘Menos Pensado’, una comunidad ubicada en la parroquia San Antonio del cantón Chone de la provincia de Manabí, cerca de la costa de Ecuador. Durante los largos veranos marcados por intensas sequías, el trabajo en los aledaños campos de maíz se paraliza y los alimentos escasean. Como resultado, muchas mujeres aceptan empleos precarios en la industria camaronera, mientras que los hombres se trasladan a buscar trabajo en otros lugares. 

Crearon asociación

Después del devastador terremoto de 2016, un grupo de 16 mujeres comenzó a practicar la apicultura como fuente adicional de ingresos. Con capacitación, herramientas y apoyo de IsraAID, una organización no gubernamental israelita, y las autoridades locales, crearon una asociación llamada «Reinas Obreras» para la producción de miel dirigida a los mercados locales y venta a lo largo de la carretera.

“Cuando mis amigas me dijeron que íbamos a fundar una asociación de apicultoras, sinceramente no quise”, explicó Rosa Quiroz de la vecina comunidad de ‘Tres Marías’ y una de las socias fundadoras de Reinas Obreras.

«Les tenía mucho miedo a las abejas. Mi esposo me dijo que no fuera, que las abejas me picarían y que me podían matar. Pero le dije que usaría un traje especial y que no entrarían abejas. Poco a poco comencé a disfrutarlo”.

Superaron obstáculos

La asociación enfrentó importantes obstáculos. A las mujeres se les dijo con desdén que la apicultura era “trabajo de hombres”. Debido a que ellas realizaban la mayor parte de las tareas domésticas y de cuidados, luchaban por ajustar sus horas de trabajo en el campo con el mantenimiento de las colmenas y sus responsabilidades en el hogar. Mientras tanto, recurrieron a pesticidas químicos para proteger a las abejas de los ácaros varroa y aumentar su producción de miel.

En 2022, en el contexto del Programa Conjunto sobre Enfoques de Género Transformadores para la Seguridad Alimentaria y la Nutrición (JP GTA), la FAO y sus socios locales comenzaron a brindar capacitación a los hombres y mujeres de ‘Menos Pensado’ sobre los sistemas agroalimentarios sostenibles.

Las sesiones cubrieron la importancia de la preservación de los recursos naturales, el papel que las abejas juegan en los ecosistemas y la seguridad alimentaria mundial, y el valor nutricional de la miel. También ofrecieron talleres sobre género, liderazgo, autoestima y buena gobernanza. 

Luego, la FAO involucró a las Reinas Obreras y otros miembros de organizaciones de productores en un estudio para explorar las normas sociales que perpetúan las brechas y barreras de género en su comunidad. Las discusiones grupales resaltaron el papel de las normas discriminatorias a la hora de restringir el potencial de las mujeres, obstaculizando su poder de toma de decisiones y su acceso a la capacitación y los recursos productivos. 

Trabajo en conjunto

Además, en respuesta al creciente interés de la comunidad por mejorar su nutrición, la FAO y la municipalidad local de Chone apoyaron la planificación y plantación de huertos comunitarios para brindar a las familias de ‘Menos Pensado’ el acceso regular a vegetales frescos.

La comunidad también inició un Club Dimitra, un espacio participativo para identificar colectivamente soluciones a sus necesidades, donde participan activamente miembros de Reinas Obreras.

Susana Heredia, directora para la provincia de Manabí del Ministerio de Agricultura y Ganadería de Ecuador, institución socia del JP GTA en varias iniciativas de desarrollo de capacidades, cree que el papel de las agricultoras es clave para la seguridad alimentaria y la nutrición en Ecuador: “Nuestro compromiso como Ministerio de Agricultura y Ganadería es fomentar las capacidades de la mujer en la agricultura y generar espacios para que ellas puedan participar y mejorar sus capacidades económicas. En Manabí hemos capacitado a cerca de 1.000 familias en la producción de los huertos ecológicos y sostenibles. De esta manera han podido producir de manera sustentable alimentos que ayuden a ellas a mejorar su nutrición, su vida social y también su salud”.

“El dialogo con las mujeres lo hemos podido articular por medio del Programa conjunto”, continuó. “Esto ha sido clave para el Ministerio, porque de esta manera hemos logrado fomentar los diálogos con las agricultoras y hemos establecido mesas de dialogo donde hemos incluido ellas en mejorar su acceso al mercado y su vida productiva”.

Con sus nuevas habilidades técnicas, las Reinas Obreras han cambiado los pesticidas por soluciones ecológicas para proteger a las abejas. Gracias a una mejor comercialización y acceso a los mercados, las ventas casi se duplicaron de 105 litros de miel en 2021 a 195 litros en 2022. 

“Antes vendíamos nuestro producto, que es la miel, al costado de la carretera. Ahora, gracias a las capacitaciones y el ayudo de la FAO, tenemos mejores ventas”, dijo Fanny Manrique, otra integrante de Reinas Obreras. “Digitalmente hacer su venta es fácil y rápido, y eso es lo mejor que nos ha podido ocurrir a nosotros pequeños emprendedores”. 

La asociación ha mejorado su empaque de envases de plástico a frascos de vidrio más sostenibles, ahora disponibles en tres tamaños, y la miel está recientemente certificada con el sello nacional de ‘Agricultura Familiar y Campesina’ emitido por el Ministerio de Agricultura y Ganadería de Ecuador. El trabajo de las Reinas Obreras fue recientemente presentado por la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación como un ejemplo de soluciones lideradas por mujeres a la desertificación, la degradación y sequía de la tierra.

El apoyo del JP GTA ha permitido la participación de las mujeres en la vida pública y ha aumentado la confianza en sí mismas para hablar con las instituciones y autoridades locales. Fanny Manrique ahora es parte de la directiva de su comunidad, lo que le permite ser partícipe en la toma de decisiones, un papel tradicionalmente asignado a los hombres.

Las mujeres están dando forma a las políticas agrícolas locales a través de la Mesa Redonda de Mujeres Rurales en el marco de la Estrategia Nacional Agropecuaria para las Mujeres Rurales del Ministerio de Agricultura y Ganadería, asegurando que sus necesidades y prioridades sean escuchadas e incorporadas en los planes de trabajo y hojas de ruta anuales. 

La igualdad de género ha transformado su sistema agroalimentario local. La iniciativa de las mujeres de comenzar primero con la apicultura y luego con huertos comunitarios ha mejorado la seguridad alimentaria y la nutrición de sus familias.

Su negocio ha creado conciencia sobre la necesidad de proteger a los árboles y a las abejas como polinizadores naturales para sistemas ecológicos y agroalimentarios saludables y como una actividad económica alternativa a los sistemas productivos agrícolas tradicionales. 

También han visto un cambio en los roles y responsabilidades familiares, mediante el cual la actividad económica de las mujeres está desafiando los roles de género tradicionales del modelo clásico de familia rural patriarcal. Según un estudio reciente, las mujeres cubren el 80% de las necesidades económicas de sus familias y sus esposos han aceptado el hecho de que los ingresos de sus esposas brindan más oportunidades para sus familias.

Rosa Quiroz y su esposo no tienen hijos, pero ella dice que si tuviera una hija la animaría a dedicarse a la apicultura. “Es agradable trabajar con abejas y es agradable trabajar con otras mujeres. Nos divertimos, reímos, viajamos y ganamos dinero. Cada vez que estaba a punto de tirar la toalla decidí quedarme con mis Reinas Obreras”.

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