❖ COLOMBIA ▮ Confirman el primer caso positivo de virus del moquillo canino en oso andino

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Un estudio desarrollado por investigadores de Andean Bear Foundation, Instituto Nacional de Biodiversidad (INABIO) y Corporación Autónoma Regional del Guavio (CORPOGUAVIO) confirma el primer caso positivo de virus del moquillo canino (CDV) en un oso andino (Tremarctos ornatus) en el Departamento de Cundinamarca, Colombia.

La detección del virus, según los investigadores Armando X. Castellanos (Asociado al INABIO), María Medina y Deissy Beltrán, se realizó a través de una prueba de reacción en cadena (RT-PCR) de muestras de sangre recolectadas por técnicos y veterinarios de CORPOGUAVIO y otras instituciones, de un oso macho adulto capturado mientas atacaba un cerdo en la zona de El Arenal de Junín.

El oso, que recibió el nombre de «Warii», al momento de su captura (27 de enero de 2018,) se encontraba en mal estado de salud, con una condición corporal delgada (70 kg), pelaje opaco y desgaste dental extenso y astillado de incisivos, caninos y molares, lo que indica que era muy viejo. Se especuló que la mala condición corporal y el desgaste de los dientes pueden haberlo llevado a atacar y alimentarse del cerdo en lugar de cazarlo.

La prueba RT-PCR para la detección del virus del moquillo canino fue realizada el 10 de febrero de 2021. Esta enfermedad en Ursidae (osos o úrsidos) es rara. En osos negros asiáticos alojados en zoológicos (Ursus tibethanus) con CDV confirmado, la diarrea fue el síntoma principal. En el panda gigante (Ailuropoda melanoleuca), la infección por moquillo se asoció con castañeteo de dientes, convulsiones en las piernas, secreción ocular mucopurulenta e hiperqueratosis nasal.

Investigaciones anteriores también han identificado este virus en el Zorro andino (Lycalopex culpaeus) en Ecuador. Actualmente se desconoce si «Warii» fue infectado mientras estaba bajo cuidado humano o si era un portador sano y asintomático del virus mientras estaba en la naturaleza, considerando que el comportamiento y salud de este oso mostró normalidad mientras la infección estaba en progreso y el virus ya no fue detectado tres meses después.

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