❖ ECUADOR ▮ Luz azul de dispositivos electrónicos afecta a la piel
En la era digital que define nuestra cotidianidad, donde las pantallas de dispositivos electrónicos son herramientas esenciales tanto en el ámbito laboral como académico, la creciente amenaza de la sobreexposición a la luz azul se revela como un desafío crucial para la salud de nuestra piel, según alertan los especialistas en dermatología.
Contrariamente a la creencia popular, los daños cutáneos no provienen exclusivamente de la radiación ultravioleta emitida por la luz solar, sino también de la luz azul artificial de los dispositivos tecnológicos y fuentes de iluminación LED.
Dermatólogos advierten que esta exposición prolongada puede tener consecuencias perjudiciales, incluyendo un envejecimiento prematuro de la piel.
Lina Joya, de Marketing en Protección Solar para BASF Ecuador, Colombia, Venezuela y Perú, destaca la importancia de comprender que la protección solar no debe limitarse a la exposición directa al sol, tomando en cuenta que, a nivel mundial, las personas pasan más de seis horas frente a dispositivos electrónicos, y esto tiene consecuencias.
«A medida que aumenta la necesidad y conciencia por cuidarse la piel, los consumidores no solo buscan encontrarse con los productos que los favorezcan estéticamente, sino que también protejan su salud», afirma Joya.
Según GMSA Latinoamérica, por sus siglas en español Sistema Global de Comunicación Móvil, ya hay 4.300 millones de personas que usan smartphones en todo el mundo, por lo que expertos enfatizan en el uso constante de protector solar, incluso en entornos internos, para contrarrestar los efectos negativos de la luz azul, que pueden ser: reducción de melatonina, daño ocular, formación de manchas y arrugas, disminución de la producción de colágeno y desencadenamiento de migrañas.
Joya sugiere aplicar el protector solar dos o tres veces al día para una protección óptima.
En respuesta a esta creciente preocupación, expertos en la industria están explorando soluciones innovadoras. El gigante químico alemán BASF, por ejemplo, está desarrollando tecnologías avanzadas, como la dispersión líquida natural de óxido de zinc, que es un filtro UV altamente efectivo que ofrece protección sin comprometer la experiencia sensorial.