❖ LOJA ▮ La historia de Mathew, una demostración de que el cáncer no es obstáculo para la educación

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Rosa, es la mamá de Mathew, un joven de 16 años de edad que tiene leucemia.

Ella, en contra pronóstico e inesperadamente, aprendió del cáncer a observar la vida de una forma muy distinta a cómo la veía anteriormente.

Y para su sorpresa, el cambio, no fue a peor, sino más bien a mejor.

De vivir dedicada a su familia, a su hogar y a su esposo, pasó a ser una persona con una sensibilidad empática mucho más desarrollada y a ser un medio de ayuda para aquellos que cree poder ayudar.

“Se amplió mi campo de interés por el prójimo, algo así… A veces somos apáticos a lo que les pasa a las personas a nuestro alrededor”, explicó la mujer.

Y es que si bien es cierto que la llegada del cáncer a su vida al principio generó en ella una desilusión inevitable, también le enseñó que no todo es de colores oscuros cuando se atraviesa por la situación.

Rosa cuenta que al confirmar la enfermedad, la preocupación por la educación de su hijo aumentó. Temía que su educación se quedara estancada para siempre.

No obstante, la realidad que imaginaba fue muy diferente a la que vive actualmente.

Su hijo Mathew se encuentra en SOLCA de la ciudad de Loja, allí, para asombro de ambos, la educación es una posibilidad para muchos jóvenes más que pasan por la misma experiencia.

“Es un lugar completo. Aquí mismo está la docente hospitalaria y el aula”, detalló.

Rosa con mucha admiración cuenta que la profesora que se encarga de la enseñanza de su hijo se llama Vanessa y que ha sido muy amable con ellos en todo el trayecto.

“La maestra me dijo que yo me encárguese de Matthew, que me dedique a él pues ella me ayudaría con los trámites de los estudios y el colegio”, dijo entusiasmada.

Pedagogía hospitalaria

Vanessa Patiño, Onco-Pedagoga y docente hospitalaria en SOLCA del núcleo de Loja explicó cómo funciona este sistema de apoyo para los pacientes oncológicos, estudiantes de escuela y colegio que está ayudando a Mathew a mantener la esperanza.

“El médico tratante me remite los casos de los pacientes niños y jóvenes. Los incluimos al sistema del programa Aulas Hospitalarias. Primero juntamos toda la información del alumno y de su escuela o colegio. Si no está escolarizado, lo insertamos al sistema educativo”.

Según la profesional, los encargados se reúnen con la institución educativa e informan sobre la situación de salud del alumno y sobre su situación académica.

Añade que se socializa y se sensibiliza al establecimiento educativo de origen y se coordina los pasos a seguir.

“Como son pacientes vulnerables, trabajamos con adaptación curricular y flexibilidad en cuanto a las tareas. Esto permite la ley. Somos intermediarios, supervisamos, ayudamos y direccionamos”, declaró Patiño.

En cuanto a las tareas, la docente específica que colocan las calificaciones al sistema o sino lo transfieren al tutor de origen o directo al Departamento de Consejería Estudiantil (DECE) de cada escuela o colegio.

“Las tareas son escaneadas y enviadas semanalmente y las guardamos en físico también. Es nuestra responsabilidad. Adaptamos toda actividad al estado de salud del alumno. A veces ellos están bien, otras veces están mal”, resaltó la maestra.

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